UBICACIÓN
El sitio arqueológico de Caral se encuentra en el departamento de Lima, provincia de Barranca, distrito de Supe, en el valle medio del río Supe, en la costa norcentral del Perú, a 350 m sobre el nivel mar. Está ubicado en una terraza aluvial, en la margen izquierda del río. El clima es templado, el río lleva agua sólo en los meses de verano, aunque en la zona hay afloramientos de agua por la poca profundidad de la napa freática.
DESCUBRIMIENTO ARQUEOLOGICO
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el estadounidense Paul Kosok, quien visitó el lugar junto con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel en 1949. En su informe, publicado en el libro Life, Land and Water in Ancient Peru, en 1965, mencionó que Chupicigarro (como se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar cuánto. En 1975 el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la mayoría de los sitios arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales registró a Chupicigarro, a partir del cual hizo algunas observaciones sobre el desarrollo de la arquitectura en los Andes, que presentó en el artículo A Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Peru, publicado en 1985 en el libro Early Ceremonial Architecture in the Andes. El arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar en 1979, levantando un plano y excavando en el mismo. En su libro De las Begonias al Maíz, publicado en 1987, Engel afirmó que Chupacigarro (como aún se conocía a Caral) pudo haber sido construido antes de la aparición de la cerámica en los Andes (1800 aC), pero sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos andinos. En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban los 4 conocidos como Chupicigarro Grande, Chupicigarro Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro. Para diferenciarlos Shady los denominó, Caral, Chupicigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupicigarro es el nombre español de un ave del lugar. Shady excavó en Caral a partir de 1996 y presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En ese libro sustentó abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que consolidó de manera irrefutable en los años siguientes, a través de excavaciones intensivas en el lugar. El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe está a cargo de los trabajos in situ. La arqueóloga Ruth Shady, viaja a esta ciudad en forma permanente para continuar el trabajo de las excavaciones y descubrimientos en esta parte de un país arqueológicamente rico y de diversas culturas milenarias.
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el estadounidense Paul Kosok, quien visitó el lugar junto con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel en 1949. En su informe, publicado en el libro Life, Land and Water in Ancient Peru, en 1965, mencionó que Chupicigarro (como se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar cuánto. En 1975 el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la mayoría de los sitios arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales registró a Chupicigarro, a partir del cual hizo algunas observaciones sobre el desarrollo de la arquitectura en los Andes, que presentó en el artículo A Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Peru, publicado en 1985 en el libro Early Ceremonial Architecture in the Andes. El arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar en 1979, levantando un plano y excavando en el mismo. En su libro De las Begonias al Maíz, publicado en 1987, Engel afirmó que Chupacigarro (como aún se conocía a Caral) pudo haber sido construido antes de la aparición de la cerámica en los Andes (1800 aC), pero sus afirmaciones no fueron aceptadas por los arqueólogos andinos. En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban los 4 conocidos como Chupicigarro Grande, Chupicigarro Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro. Para diferenciarlos Shady los denominó, Caral, Chupicigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupicigarro es el nombre español de un ave del lugar. Shady excavó en Caral a partir de 1996 y presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En ese libro sustentó abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que consolidó de manera irrefutable en los años siguientes, a través de excavaciones intensivas en el lugar. El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe está a cargo de los trabajos in situ. La arqueóloga Ruth Shady, viaja a esta ciudad en forma permanente para continuar el trabajo de las excavaciones y descubrimientos en esta parte de un país arqueológicamente rico y de diversas culturas milenarias.
IMPORTANCIA
Muchos conocen Cusco como la capital del Imperio Inca y Machu Picchu como el predio de uno de los últimos incas; pero pocos todavía saben que la Ciudad Sagrada de Caral fue edificada por el primer Estado político que se formó en el Perú 4400 años antes que gobernaran los incas.
Caral-Supe representa a la civilización más antigua de América, desarrollada casi simultáneamente con las de Mesopotamia, Egipto, India y China. Los habitantes del Perú se adelantaron en, por lo menos, 1500 años a los de Mesoamérica, el otro foco civilizatorio de los seis reconocidos mundialmente, y en más de 3000 años a la sociedad que edificó las reconocidas ciudades mayas.
El precoz desarrollo de la sociedad de Caral-Supe la convirtió en la civilización más antigua del Nuevo Mundo pero, a diferencia de otros focos civilizatorios, como Mesopotamia, Egipto e India, que intercambiaron conocimientos y experiencias, logró un avance sin precedentes en completo aislamiento de sus coetáneas de América y del Viejo Mundo.
En el Perú, las formas de organización económica, social y política de las poblaciones de Caral-Supe causaron fuerte impacto en la historia del área; trascendieron el espacio y el tiempo, y sentaron las bases del sistema sociopolítico que tendrían las poblaciones de los Andes Centrales.
En el área norcentral del Perú, el modelo de organización diseñado e implementado por el Estado de Supe, condujo por varios siglos el accionar de los individuos en los diferentes campos: económico, social, político y religioso.
ORGANIZACION ECONOMICA
Los pobladores de Supe aprovecharon distintas zonas naturales de su territorio para obtener una amplia gama de productos; tuvieron acceso a los recursos del valle, el río, los puquiales, los humedales, las lomas, los bosques y los montes ribereños. En el valle los campesinos excavaban y limpiaban acequias y cuidaban sus cultivos de zapallo, frijol, calabaza, algodón, camote, ají, mate y tutumo. Asimismo, cultivaban o recolectaban pacay y guayaba. A sus autoridades les entregaban parte de sus cosechas y les prestaban servicios cuando eran convocados para los trabajos colectivos en las tierras y edificios de los dioses. En el río extraían camarones y peces.Cazaban venados y vizcachas o recolectaban frutos, raíces y caracoles en las lomas. En los humedales cortaban juncos y totoras, necesarios para la elaboración de shicras y petates. Por los caminos transversales de la costa, sierra y selva los comerciantes de valle llevaban productos agrícolas y pesqueros que eran intercambiados por maderos, hierbas, semillas, pigmentos, plantas medicinales y caracoles, provenientes de asentamientos distantes; los cuales hacían circular, a la vez, por los poblados costeños. Los pescadores de la costa extraían anchovetas y sardinas, además de machas y choros. Secaban pescado y separaban los moluscos destinados al intercambio. Al igual que los campesinos, entregaban parte de los recursos extraídos y estaban al servicio de sus autoridades. Los agricultores abastecieron de algodón a los pescadores, fibra indispensable para la confección de las extensas redes que solían utilizar; a la par, los pobladores del valle adquirían productos marinos, necesarios para complementar su alimentación. Se formó así la primera integración socioeconómica entre regiones, dando lugar a una dependencia mutua y a la especialización ocupacional. Los señores de Caral tuvieron también relaciones comerciales con pobladores de otras regiones, principalmente con los del litoral,que los abastecían de pescados y moluscos.También intercambiaron productos con los costeños de Pativilca y Fortaleza, e inclusive tuvieron vínculos con lugares lejanos como Kotosh en el Huallaga, La Galgada en Tablachaca, Santa; Piruro en el Marañón y Huaricoto en el Callejón de Huaylas. El intenso intercambio generó un dinámico proceso económico entre regiones y fomentó la acumulacion. Aquellas condiciones permitieron a la sociedad de Supe fortalecer su proceso de integración política bajo la forma de un gobierno estatal y favoreció la formación de clases sociales. La eficacia de esta forma de gobierno puede ser cuantificable por el auge de las construcciones de grandes conjuntos monumentales, que emprendió el Estado.
Los pobladores de Supe aprovecharon distintas zonas naturales de su territorio para obtener una amplia gama de productos; tuvieron acceso a los recursos del valle, el río, los puquiales, los humedales, las lomas, los bosques y los montes ribereños. En el valle los campesinos excavaban y limpiaban acequias y cuidaban sus cultivos de zapallo, frijol, calabaza, algodón, camote, ají, mate y tutumo. Asimismo, cultivaban o recolectaban pacay y guayaba. A sus autoridades les entregaban parte de sus cosechas y les prestaban servicios cuando eran convocados para los trabajos colectivos en las tierras y edificios de los dioses. En el río extraían camarones y peces.Cazaban venados y vizcachas o recolectaban frutos, raíces y caracoles en las lomas. En los humedales cortaban juncos y totoras, necesarios para la elaboración de shicras y petates. Por los caminos transversales de la costa, sierra y selva los comerciantes de valle llevaban productos agrícolas y pesqueros que eran intercambiados por maderos, hierbas, semillas, pigmentos, plantas medicinales y caracoles, provenientes de asentamientos distantes; los cuales hacían circular, a la vez, por los poblados costeños. Los pescadores de la costa extraían anchovetas y sardinas, además de machas y choros. Secaban pescado y separaban los moluscos destinados al intercambio. Al igual que los campesinos, entregaban parte de los recursos extraídos y estaban al servicio de sus autoridades. Los agricultores abastecieron de algodón a los pescadores, fibra indispensable para la confección de las extensas redes que solían utilizar; a la par, los pobladores del valle adquirían productos marinos, necesarios para complementar su alimentación. Se formó así la primera integración socioeconómica entre regiones, dando lugar a una dependencia mutua y a la especialización ocupacional. Los señores de Caral tuvieron también relaciones comerciales con pobladores de otras regiones, principalmente con los del litoral,que los abastecían de pescados y moluscos.También intercambiaron productos con los costeños de Pativilca y Fortaleza, e inclusive tuvieron vínculos con lugares lejanos como Kotosh en el Huallaga, La Galgada en Tablachaca, Santa; Piruro en el Marañón y Huaricoto en el Callejón de Huaylas. El intenso intercambio generó un dinámico proceso económico entre regiones y fomentó la acumulacion. Aquellas condiciones permitieron a la sociedad de Supe fortalecer su proceso de integración política bajo la forma de un gobierno estatal y favoreció la formación de clases sociales. La eficacia de esta forma de gobierno puede ser cuantificable por el auge de las construcciones de grandes conjuntos monumentales, que emprendió el Estado.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
Para algunos se requiere constatar la presencia de una fuerza militar para probar la existencia de la organización política estatal, pero el primer Estado no tenía enemigos con los que pudiera competir, su poder radicaba en la capacidad de unir a distintas comunidades en una misma ideología.
Ahora que se cumplen 10 años desde el redescubrimiento del yacimiento, se han presentado las imponentes Pirámide Mayor, Pirámide de la Galería, Pirámide de la Huanca, Pirámide Menor y Pirámide de la Cantera, que le otorgan a Caral, a decir de los especialistas, un potencial turístico similar al de la ciudadela inca de Machu Picchu en Cuzco. © EFE.
La religión fue la fuerza que usó el primer Estado para implantar la disciplina laboral y social. Los gobernantes eran sacerdotes, administradores y científicos, encargados de las ceremonias; dirigían los actos y rituales públicos, preparaban los trabajos colectivos y administraban los bienes recaudados, cotejaban los datos astronómicos y elaboraban los calendarios para ajustar las actividades del pueblo. Por otro lado, los agricultores y pescadores reconocían el poder de sus gobernantes pagando tributos en sobretrabajo y servicios, en beneficio de la clase señorial.
Se tenía la certeza popularizada que los dioses les habrían enseñado a preparar sus chacras, trazar sus canales, sembrar las plantas y construir sus hitos; por lo cual era necesario realizar rituales propiciatorios y cumplir con el calendario de ceremonias y ritos al sol, al agua y a la tierra. Todas las actividades, domésticas de producción, construcción, administrativas y gubernamentales realizadas en Caral, están de una u otra forma relacionadas con ofrendas, ceremonias, rituales y sacrificios.
En las distintas edificaciones, ya sean residenciales o públicas, se puede observar la presencia de fogones, usados para la quema de ofrendas; costumbre generalizada que consideraba al fuego como medio para comunicarse con los dioses. La gran cantidad de templos y las constantes remodelaciones que se observan evidencian un sistema relgioso dinámico, en constante renovación y, al mismo tiempo, el poder social de la religión y el voluminoso trabajo invertido por los pobladores con el fin de alcanzar el favor de los dioses.
Se han hallado distintas ofrendas en contextos ceremoniales y en los rellenos de las construcciones:
• Estatuillas de arcilla sin cocer, a manera de entierros simbólicos, generalmente representando a mujeres relacionadas con rituales de propiciación o fertilidad.
• Textiles y cestos quemados.
• Alimentos quemados.
• Cruces tejidas u "Ojos de Dios".
• Entierros de niños o adultos, algunos ataviados con collares, indicadores de alto estatus.
• Cuentas, lascas o fragmentos de piedras semipreciosas,
• Spondylus, cuarzo.
• Hojas, mates.
• Vegetales entrelazados.
• Bollos de hojas de sauce.
• Conchas de Choro mytilus con cabellos humanos, cuarzo
ORGANIZACION SOCIAL
El Aspecto Político
Las evidencias materiales indican la existencia de clases sociales, diferenciadas por su ubicación en el proceso productivo. La clase dirigente realizaba tareas intelectuales, administrativas, políticas y religiosas, disfrutaba del excedente producido socialmente, vivía en casas extensas y contaba con objetos lujosos, como hachas de cuarzo, asientos de vértebras de ballena y collares de cuentas exóticas. Sus viviendas fueron amplias y muy elaboradas. Por otro lado, laclase más numerosa estaba dedicada a los trabajos agrícolas, y a los servicios prestados en la ciudad. Sus viviendas eran pequeñas y sencillas.
Sacrificios Humanos Rituales
Se han excavado entierros de niños, al parecer tratados como ofrendas relacionadas a eventos constructivos, ya sea debajo de un muro o de un piso.Algunos fueron enterrados con vestidos y collares, como expresión de su posición social elevada.
Por otro lado, se halló un adulto que, al parecer, fue sacrificado; lo enterraron desnudo, con las manos y los dedos cortados, algunos de éstos fueron recuperados en unas hornacinas del recinto enterrado también ritualmente. Cabe resaltar el elaborado peinado que lucía el individuo, de aproximadamente 23 años.
DATOS INTERESANTES DE CARAL
El descubrimiento de Caral, por sus características, es uno de los más importantes de los últimos años para la arqueología mundial. Una de las peculiaridades que hasta la fecha llama la atención es que no se haya descubierto ningún complejo militar en esta zona.
En Caral no hay indicios de violencia militar, aunque sí hubo violencia paraaquel que no cumplía con las normas de la sociedad; el control se hacía a través de la religión. Fue la religión el instrumento de control y coerción que la sociedad tuvo, y que fue ejercido por el grupo que la dirigía.
El poder en la población de Caral lo detentaba un grupo de individuos, sobre la base de sus conocimientos directamente vinculados con la reproducción de las condiciones materiales para la supervivencia de la población. Este grupo de dirigentes era el encargado de hacer las observaciones astronómicas para elaborar el calendario y así indicar los períodos de tiempo más convenientes para realizar las diversas actividades económicas. Ellos fijaban las fechas de la siembra y de la cosecha; dirigían la construcción de las terrazas de cultivo y la apertura de los canales de riego; conducían el comercio entre pescadores y agricultores; y hacían llegar los productos hasta largas distancias, en la costa, sierra y selva.
• Las construcciones que se hicieron en Caral estuvieron relacionadas con ciertas orientaciones obtenidas de observaciones astronómicas, y es probable que ellas fueran erigidas para ciertos astros, que representaban a los dioses, reguladores de la vida social. Al Sol, la Luna y las cuatro cabrillas, el lucero, etc. (que ellos representaban como seres divinos) les construyeron templos en los cuales se celebraba una serie de rituales de reconocimiento por los beneficios que de ellos recibían. En esas ceremonias y rituales comprometían a toda la sociedad. En suma, el poder que alcanzaron estos señores se cimentó en el conocimiento que ellos poseían y en el ser intermediarios con los dioses, para garantizar el orden social y la reproducción de las condiciones de vida materiales de la sociedad. Ellos desarrollaron conocimientos de matemática, geometría, medicina, que quedaron plasmados en las obras que ahora excavamos los arqueólogos. Hemos descubierto templos de 18 metros de altura que se han mantenido estables por miles de años, construidos con piedras y barro, conformados por terrazas y plazas. También observamos los tratamientos médicos que administraban, por ejemplo, con hojas de sauce, que ahora sabemos contienen ácido salicílico, principio activo de la aspirina y se usa para aliviar el dolor; y otros preparados cuyas evidencias aun se estan recuperando.
INVESTIGACIONES
•El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe (PEACS) es una unidad ejecutora del Instituto Nacional de Cultura del Estado peruano que ha planteado un programa una investigación, conservación y puesta en valor del patrimonio arqueológico con un enfoque integral, sostenible y multidisciplinario. Por ello se viene trabajando paralelamente en el estudio científico de los sitios arqueológicos del valle de Supe, en la conservación física de los monumentos, en la restauración y puesta en valor de éstos con fines turísticos y en la búsqueda de la aplicación de diversos otros proyectos con la finalidad de fomentar el desarrollo socioeconómico de las poblaciones del distrito de Supe y de la provincia de Barranca. Se busca convertir al rico patrimonio cultural de Caral-Supe, la civilización más antigua de América, en el eje que fomente mejores condiciones de vida para la sociedad actual.
•Con esta perspectiva el PEACS viene realizando excavaciones arqueológicas en Caral y en otros sitios aledaños y coetáneos a éste; estudia y analiza los materiales obtenidos; desarrolla un programa permanente de monitoreo y conservación de las estructuras arquitectónicas del sitio; elabora informes científicos y de divulgación; diseña circuitos turísticos de visita; organiza eventos para la adecuada difusión de la importancia histórico-cultural del lugar; y, promueve el desarrollo integral de la población local y nacional.
• A partir del año 2005 se dará inicio al primero de los proyectos del programa integral, promovido por el PEACS, de aplicación en el aspecto agrario de la zona, que será ejecutado por el Instituto de Desarrollo y Medio Ambiente (IDMA) con el apoyo económico del Fondo de Las Américas (FONDAM).
•Las actividades de investigación en el valle de Supe, provincia de Barranca, desarrolladas desde 1994, han demostrado que Supe fue el asiento del primer Estado político formado en el Perú, con mayor datación de este continente y que Caral es el asentamiento urbano con arquitectura monumental más antiguo de América. Su antigüedad ha sido confirmada por cuarentidós fechados radiocarbónicos, entre los 3000 y 2000 años antes de nuestra era.
Descubrimiento arqueológico
En 1905, Max Uhle toca Áspero, un asentamiento situado en el litoral del valle de Supe, a 23 km de Caral, en el Perú. Julio C. Tello exploró el mismo lugar en 1937. No hay evidencias que ellos se adentraran en el valle de Supe y, por lo tanto, que llegaran a conocer Caral.
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el viajero estadounidense, Paul Kosok. Él visitó el lugar juntamente con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel, en 1949. En su informe, publicado en el libro "Life, Land and Water in Ancient Peru", en 1965, mencionó que Chupacigarro (como se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar cuánto.
En 1975, el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la mayoría de los sitios arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales registró a Chupacigarro Grande, a partir del cual hizo algunas observaciones sobre el desarrollo de la arquitectura en los Andes. Lo presentó primeramente: en el artículo "Arquitectura y Urbanismo en el Antiguo Perú", publicado en 1983 en el tomo VIII de la serie "Historia del Perú" de la editorial Juan Mejía Baca. Y, después, en el artículo "A Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Peru", escrito en 1985 en el libro "Early Ceremonial Architecture in the Andes".
En 1979, el arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar, excavó y levantó un plano del mismo. En su libro "De las Begonias al Maíz", publicado en 1987, Engel afirmó que Chupacigarro Grande (como aún se conocía a Caral) pudo haber sido construido antes de la aparición de la cerámica en los Andes (1800 a.C.). Sin embargo, los arqueólogos andinos asumieron que el asentamiento era "acerámico", es decir, que había sido construido por una población que no utilizaba la cerámica, aunque ya se conocía en otros lugares de los Andes.
En 1994, Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban los 4 conocidos como Chupacigarro Grande, Chupacigarro Chico, Chupacigarro Centro y Chupacigarro Oeste. Para diferenciarlos Shady los denominó, Caral, Chupacigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y Lurihuasi son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupacigarro es el nombre español de un ave del lugar.
El equipo dirigido por Shady excavó en Caral, a partir de 1996. Ella presentó sus datos, por primera vez, en 1997, en el libro "La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú". En ese tratado sustentó abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que consolidó de manera irrefutable en los años siguientes, a través de excavaciones intensivas en el lugar.
El Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe está a cargo de los trabajos en Caral, así como de los asentamientos coetáneos de Áspero, Miraya y Lurihuasi. La arqueóloga Ruth Shady, viaja al valle en forma permanente para continuar el trabajo de las excavaciones y descubrimientos en esta parte de un país, arqueológicamente rico y cuna de diversas culturas milenarias.
MUY BIEN, ESTE TRABAJO ESTÁ MEJOR. SÓLO FALTÓ AGREGAR ENLACES QUE PERMITAN CONSULTAR OTRAS FUENTES QUE HABLEN DE ESTE TEMA.
ResponderEliminar